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¿Qué es el síndrome de Gilbert?
El síndrome de Gilbert es una condición benigna del hígado que se presenta de forma continua. Si tú sufres de este síndrome, es posible que tu hígado no procese la bilirrubina como debería. Recuerda que la bilirrubina se genera cuando los glóbulos rojos se descomponen.
- Esta afección también es conocida como disfunción hepática constitucional o ictericia no hemolítica familiar. Si has heredado esta enfermedad, es porque proviene de una mutación genética que se recibe de tus padres.
Es probable que no te des cuenta de que lo padeces hasta que te realices un hemograma completo y un análisis de función hepática. Al revisar estos análisis sanguíneos, podrías encontrar que, aunque los resultados de la función hepática son normales, los niveles de bilirrubina están elevados. Esto indica que podrías estar lidiando con este síndrome. También es posible diagnosticarlo mediante un examen genético.
Características del síndrome
Si eres hijo de padres que tienen el gen defectuoso, tienes un mayor riesgo de padecer el síndrome de Gilbert. Este gen anormal es el que provoca la anomalía en el procesamiento de la bilirrubina.
- El síndrome de Gilbert se manifiesta desde el nacimiento.
- Se produce cuando el hígado no puede procesar la bilirrubina de manera adecuada.
Normalmente, notarás la presencia del síndrome en la pubertad o poco después. Esto se debe a que, durante esta etapa, la producción de bilirrubina aumenta.
- Es más común en hombres.
Causas del síndrome de Gilbert
Cuando los glóbulos rojos son descompuestos en tu cuerpo, se genera un pigmento amarillo conocido como bilirrubina. Este pigmento es transportado a través del flujo sanguíneo hasta el hígado.
El hígado descompone la bilirrubina mediante una enzima, lo que permite su eliminación de la sangre. Tras su descomposición, la bilirrubina llega a los intestinos, donde es expulsada a través de las heces. Sin embargo, siempre queda un pequeño rastro de bilirrubina en la sangre.
La principal causa del síndrome de Gilbert es hereditaria. Si has heredado un gen defectuoso de ambos padres, es probable que experimentes esta condición. Este gen, en su estado normal, instruye a la enzima glucoroniltransferasa para que descomponga la bilirrubina. Sin embargo, en tu caso, la bilirrubina no se descompone correctamente y se acumula en tu sangre.
Por lo general, para que se presente el síndrome de Gilbert, debes heredar dos copias anormales del gen, una de cada uno de tus padres.
Síntomas del síndrome de Gilbert
El síndrome de Gilbert suele manifestarse de manera sutil. Solo en situaciones donde los niveles de bilirrubina son desproporcionadamente altos, notarás que tu piel y la parte blanca de tus ojos adquieren un tono amarillento.
Podrías notar ictericia en las siguientes circunstancias:
- Al padecer una infección viral como la gripe, resfriado o influenza.
- Si llevas una dieta de escasas calorías.
- En episodios de deshidratación.
- Durante tu menstruación.
- En situaciones de estrés.
- Después de realizar ejercicios físicos intensos.
- Si no has dormido bien, sufriendo insomnio.
- Todo esto puede llevarte a sentir fatiga y cansancio.
Si tienes el síndrome de Gilbert, es común que experimentes ictericia tras esfuerzos físicos intensos, momentos de alta ansiedad, periodos de enfermedad o cuando no comes adecuadamente.
Cómo se diagnostica el síndrome de Gilbert
Las personas con síndrome de Gilbert suelen llevar una vida normal. Sin embargo, si notas que la ictericia se prolonga, es fundamental que consultes a un médico para descartar otras complicaciones hepáticas. El diagnóstico generalmente incluye:
- Un examen físico completo.
- Una evaluación exhaustiva de tu hígado y aparato gastrointestinal, observando la piel y las mucosas.
- Un hemograma para descartar infecciones hepáticas u otros tipos de infecciones.
En el caso del síndrome de Gilbert, el conteo de reticulocitos, que son glóbulos que se convierten en glóbulos rojos, es normal. Esto ayuda a distinguirlo de la anemia hemolítica.
- La prueba de función hepática.
Esta prueba mide los niveles de bilirrubina, que deberían estar entre 17 y 100 μmol/L, siendo estos niveles más bajos en mujeres que en hombres.
- Biopsia del hígado.
Una biopsia no se realiza para confirmar el síndrome de Gilbert, sino que se utiliza solo si hay sospechas de otras enfermedades hepáticas.
- Examen de orina.
Si en el examen de orina tus niveles de urobilinógeno son mínimos, se podrá comprobar que no hay bilirrubina en la orina.
- Pruebas genéticas.
En algunos casos, se pueden solicitar pruebas genéticas para confirmar el diagnóstico del síndrome de Gilbert.
- Examen inmunohistoquímico.
Esta prueba busca anticuerpos policlonales y la enzima UDP. Si el anticuerpo se une a la proteína correspondiente, y los niveles de enzimas son bajos, se puede confirmar el síndrome al observar la cantidad de anticuerpos que se unieron.
Opciones de tratamiento para el síndrome de Gilbert
El síndrome de Gilbert puede llevar a niveles bajos de enzimas responsables del procesamiento de la bilirrubina. Esto podría aumentar los efectos secundarios de ciertos medicamentos, ya que las enzimas son cruciales para la eliminación de fármacos del organismo.
En la mayoría de los casos, no necesitarás tratamiento específico. No hay problemas de salud asociados a esta condición, y la mayoría de los pacientes no requieren medicamentos. Si tienes el síndrome de Gilbert, puedes esperar llevar una vida normal, con poco riesgo de desarrollar otros problemas hepáticos.
Para manejar la ictericia, aquí hay algunas recomendaciones:
- Controlar los niveles de ictericia.
Si la ictericia es causada por el síndrome de Gilbert, se recomienda reposo, seguir una dieta saludable y mantenerte bien hidratado. No necesitarás medicamentos para ello.
Consejos para prevenir complicaciones
Para evitar complicaciones o efectos secundarios del síndrome de Gilbert y llevar una vida normal, considera las siguientes pautas:
- Evita salir en ayunas o realizar ayunos prolongados.
- Mantente bien hidratado, evita situaciones de estrés y no realices grandes esfuerzos físicos.
- No trasnoches y trata las infecciones de manera rápida; si consumes alcohol, que sea de forma moderada.
- Algunos pacientes pueden beneficiarse de vitaminas o suplementos vitamínicos.
- Prevenir otras enfermedades del hígado es clave para evitar complicaciones.
Recuerda que cuidar de tu salud hepática es fundamental. Presta atención a las señales de tu cuerpo y no dudes en consultar a un profesional de la salud si tienes dudas o inquietudes.